HOMENAJE A STEFFI - UNA HISTORIA NAVIDEÑA

Este homenaje se colgó en el sitio adonde la Steffi se encontró en Terrassa ...

STEFFI ¿? - 30 Octubre 2009

En diciembre 2006 Steffi se encontró en un parque de Terrassa, en hueso y piel, casi muerto. Rogaba con mimos que se rescató y se le hizo. ¿Abandonada?, ¿perdida?, no lo sabemos, pero casera sí. Parece llevaba bastante tiempo en la calle. Su oreja llevó marca de gata de la calle esterilizada. Ya era vieja. Tuvo un perdigón clavado en su espina. Claro que se había llevado una vida dura.

Se le llevó a un veterinario de Barcelona. Se pensaba que se moriría, pero no. Tuvo ganas para vivir. Se quedó ingresado un mes hasta que se encontró una casa de acogida. Una casa de acogida que tuvo 5 gatos más.

Poco después de haberle traído a su casa de acogida su cuidador tuvo que irse a trabajar. La dejó en una canasta por debajo de una mesa en un rincón de la sala. Cuando volvió su cuidador, ella no se había movido de su canasta. Yacía en su propia inmundicia, lleno de pipi y feces. Parecía que tuvo mucho miedo de otros gatos. Dentro de unos días se acabó viviendo en un transportin abierto en el balconcito. Allí se quedó durante casi un año. A menudo le pegaría a su cuidador cuando intentó darle mimos. Siempre les pegaría a los otros gatos si se le acercaron. Su cuidador le apodó ‘Peggy’.

A mediados de diciembre 2007 Steffi/’Peggy’ empezó sentarse en la sofa al lado de la sofa adonde su cuidador se tumbaría. El día de Navidad, de repente, Steffi se levantó y se plantó sobre el pecho de su cuidador y empezó ronronear muy fuerte. Desde aquel momento era amor total entre los dos – aunque siempre se quedó ‘Peggy’ con los demás gatos!

Desde su rescate Steffi se quedó con su aspecto de ‘muerte en vida’. No se engordó mucho. Se piensa que se portó ‘Peggy’ con los demás gatos que no le descubrirían su vulnerabilidad. Bastante veces hacían falta visitas al veterinario adonde se había ingresado, realizadas a ‘precio Steffi’.

En Octubre 2009 Steffi sufrió 2 bajones. Con el primero se ingresó durante 3 días. Los analíticas eran normales. Le superaba la vejez. El milagro de su supervivencia se desvanecía. Con su segundo bajón no podía tragar comida. Hubo de poner fin a su vida que no sufra.

Lo mucho que Steffi se había dirigido una vida dura, por lo menos sus últimos años los pasó muy feliz, con mucho amor, recibido y dado. Su cuidador la considera un regalo de Dios. Dice “En un mundo caído, el amor nos hace bien a nuestras vidas así que hagamos bien con nuestras vidas. Espero que el Señor piense que yo era merecida del amor de Steffi”.



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http://www.faada.org/